El 23 de agosto de 1971, Melissa Highsmith, de 1 año, de Fort Worth, fue secuestrada por una mujer que se hacía pasar por niñera.
Su familia la buscó en vano durante cinco décadas, y nunca se dio por vencida.
Animada por el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados, la familia recurrió a la empresa de pruebas genéticas 23andMe, y Jeffrie Highsmith descubrió a una nieta que no sabía que tenía.
Highsmith encontró entonces una cuenta de Facebook probablemente relacionada con su hija desaparecida, que se hacía llamar "Melanie Walden".
Y de todos los lugares, vivía en Fort Worth, donde aún residía su familia.
Cuando Highsmith se puso en contacto con Melanie/Melissa, compartió su historia (y la de ella), pero Walden, de 53 años, pensó que estaba intentando timarla.
Pruebas genéticas adicionales confirmaron que efectivamente era "Baby Melissa".
Durante la reunión familiar, se enteraron de la infancia abusiva de Walden.
"Por fin tengo una madre y un padre que me quieren", dijo Walden.
Desde entonces ha vuelto a cambiar su nombre por el de Melissa Highsmith.