Cuando en diciembre se denunció la desaparición del estudiante chino de intercambio Kai Zhuang de su instituto de acogida en Riverdale, Utah, las autoridades rastrearon su paradero analizando los datos de las llamadas y los registros bancarios.
La policía encontró al joven de 17 años solo en una tienda de campaña en una zona rural de Utah, a temperaturas bajo cero y con escasos alimentos y agua, aparentemente víctima de un cibersecuestro cibersecuestro.
Zhuang resultó ileso, pero el daño ya estaba hecho: sus padres en China ya habían pagado a los "secuestradores" un rescate de 80.000 dólares.
El caso de Zhuang representa un tipo creciente de fraude en el que los ciberdelincuentes atacan a estudiantes de intercambio, sobre todo chinos, haciéndoles creer que amenazan a sus familias.
Obligan a sus aterrorizadas víctimas a hacerse fotos atadas y amordazadas, que luego utilizan para obligar a la familia a pagar el rescate.
Los cibersecuestradores siguen extorsionando a la familia utilizando fotos y grabaciones de voz de la víctima que dan la impresión de que los secuestradores están con ella y le causan daño, según la policía de Riverdale.
Con el auge de la Inteligencia Artificial (IA), los expertos creen que los delitos continuarán.