Durante la guerra civil salvadoreña de principios de la década de 1980, el ejército se apoderaba regularmente de bebés y niños pequeños durante las operaciones contra la guerrilla, algunos directamente de sus padres. Otros fueron descubiertos en escondites, aparentemente abandonados al huir sus familias, y posteriormente dados en adopción. La organización no gubernamental Pro-Búsqueda ha ayudado a localizar a 400 niños desde su fundación en 1994 y sigue buscando a otros 500 desaparecidos durante los 12 años de guerra.